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La sociedad, el desarrollo y la biodiversidad

Escribe: Jorge Ancizar Cabrera Reyes

Equidad y participación de la comunidad en las explotaciones de su territorio.

Un milagro de la naturaleza es nuestro Nevado del Tolima, majestuoso, imponente con su valle de frailejones y de nieve, como un nicho maravilloso en nuestro territorio y que además se integra al Parque de los Nevados.

El Departamento del Tolima con su biodiversidad, que es una gran inversión para que los seres humanos y sus relaciones con la naturaleza, busquemos la protección de los recursos naturales y evitemos los daños irreversibles a la biósfera, como condición indispensable para que la humanidad alcance su realización individual y colectiva y procuremos con ello, ser protagonistas conscientes de la defensa y protección de nuestro entorno natural.

Hay que luchar por un cambio social y ecológico buscando la sostenibilidad; se requiere personas calificadas que nos permitan ver y valorar la naturaleza en ese cambio y no solamente contemplarlo.

Mientras la sociedad aumenta en población, que se ubica en las ciudades principalmente, ocurren transformaciones en los territorios y los ecosistemas imposibles de pensar, como era el de nuestro Nevado del Tolima y su belleza que contemplaba su idílico entorno hace 100 años o más.

Tenemos que propugnar por la conservación y gestión integral de la biodiversidad para que sirva mejor a la sociedad actual y a la que sigue llegando; esa visión extractivista de los territorios que cada día quiere acabar con nuestros recursos naturales, sin la participación de las comunidades y la influencia y consulta de sus nativos, es la reflexión que debemos hacer colectivamente sobre el modelo de sociedad, y del papel que la biodiversidad debe tener como factor esencial en el bienestar humano.

El cambio climático global, la deforestación de la flora y sus bosques, igualmente la caza y destrucción indiscriminada de la fauna, y la contaminación de las aguas, son amenazas al equilibrio ecológico y a nuestro cada día acabado ecosistema y el llamado es a protegerlo para lograr vivir en una relación mejor con la naturaleza a fin de preservarla.

El desarrollo no debe basarse exclusivamente en indicadores económicos, sino que debe buscar una equilibrada preocupación por la equidad, la sostenibilidad, la productividad y la participación de las gentes en las decisiones que afecten sus territorios y sus riquezas naturales, logrando confianza ciudadana para evitar más pobreza y marginalidad, en la búsqueda de la verdadera inclusión social, y el avance hacia una sociedad más igualitaria.

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