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Opresión y sometimiento del socialismo/comunista

Escribe: Luis Hernando Granada C.*.-

Venezolanos protestan contra el régimen de Nicolás Maduro, cerca del Parque Cristal, en Caracas. Foto: Juan Barreto/AFP/Getty Images.

La opresión, el sometimiento, la política del miedo y las mentiras a través del populismo, forman parte de la inmoralidad con que actúa el socialismo/comunista y desde luego todos los movimientos y partidos de izquierda, aunque la frase más trillada sea “luchar contra la oligarquía para lograr la igualdad”.

Alberto Benegas Lynch (h), doctor en Economía y en Ciencias de Dirección y Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias, entre otros títulos y cargos, dijo recientemente que “los socialismos en cualquiera de sus variantes significan quitar en mayor o menor medida la libertad de las personas por parte del monopolio de la fuerza que llaman gobierno”. Utilizó la palabra “monopolio” para no hablar de dictadura. Y agregó: “No tiene sentido alguno hablar de moral cuando no hay libertad”.

Esto quiere decir que cualquier sistema socialista/comunista –o a la inversa–, tendría que ser juzgado por sus continuas agresiones a los derechos humanos, la carencia de ética, la publicidad engañosa que utilizan aplicando el populismo, y por otros delitos que podrían ubicarse dentro del Código Penal. Porque si el hombre nace libre, cualquier sistema comunista/socialista termina oprimiéndolo, violando su autonomía y desarrollo individual frente a sus decisiones materiales lo cual conlleva a la pérdida de unas mejores condiciones de vida.

Es cierto; dentro de la Democracia existen determinados “patrones opresores” como los salarios mínimos, los impuestos exagerados, los rubros inaceptables, pero al menos existe libertad, independencia y una justicia aunque un poco irregular.

Inaceptable es, que dentro de estos sistemas socialistas/comunistas, a los estudiantes desde sus primeros grados se les inculque el rechazo a la fe católica y se les hable de las “ventajas” del aborto, de la aceptación del homosexualismo en cualquiera de sus aberrantes formas y que se les muestre un camino histórico que nada tiene que ver con el país de origen. Un ejemplo: Es inconcebible que un alumno de primaria –aquí en Colombia–, conozca más sobre la vida de Marx, –el vago creador de las Biblias del Capitalismo–, y que desconozca quiénes fueron Antonio Nariño, Simón Bolívar y otros personajes de nuestra historia patria.

Queda claro entonces, que dentro de cualquier sistema socialista/comunista, robar, expropiar, reprimir, y hasta asesinar a todos los que no estén de acuerdo con sus “sistemas opresores”, forma parte de sus estrategias criminales. Es el manejo y la imposición de la fuerza que llaman “gobierno”, como está sucediendo en Venezuela, Cuba y otros países, donde principalmente una juventud “revolucionaria” es caldo de cultivo para que sus cabecillas y capos logren apoderarse de los pueblos para enriquecerse ilícitamente.

¿Pueden entonces los comunistas/socialistas hablar de moral, de libertad, de justicia?… No, no pueden, pero lo hacen a diario: Organizan paros, marchas, protestas, plantones –el término no importa–, y pregonan justicia, igualdad, solidaridad y otras prebendas, pero solo mientras logran embaucar y aglutinar las masas para que voten por ellos. Y atraídos por las promesas, caen los jóvenes ingenuos, los que no leen, los que no conocen la verdadera historia, los vejámenes y los crímenes de estos sistemas del comunismo/socialista a través de la historia.

¿Cómo puede ser posible que un joven, que alberga ya en su cerebro al menos un grado de bachiller, salga a las calles convertido en un delincuente, encapuchado o no, dispuesto a tirar piedra, quemar y destruir lo que encuentre a su paso, alegando que no es libre, que está oprimido, que se siente preso de un sistema corrupto, mientras obedece a un cabecilla más corrupto aun, que más adelante lo va a ignorar y lo va a reprimir peor de lo que estaba cuando decidió ser “mamerto”?… ¿Cómo puede hablar de libertad un joven sometido y subyugado por la droga?… ¿Cómo puede reclamar justicia un joven insolidario, irresponsable en su hogar y en las aulas de clases, que incluso roba a sus padres y al cual le importa poco la sociedad de su entorno?

Para rematar, pero siguiendo con el tema de la libertad, debo citar los conceptos de Francisco Cortés Rodas, Director del Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia: “En el ámbito moral el hombre tiene una dignidad que le pertenece en tanto ser racional, autónomo, capaz de darse las leyes que determinan su obrar, libre en lo que respecta a las leyes de la naturaleza y obediente solamente de aquellas leyes que él mismo se da…”

Cabe entonces preguntar: ¿Es libre el hombre o el joven que se deja influenciar por palabras interesadas de otro sujeto, sin investigar realmente hacia dónde los podría conducir esa influencia y desconociendo además los beneficios o perjuicios que esto podría causarle a nivel personal y en el ámbito de la sociedad a la cual pertenece?

El problema de la juventud actual es que vive muy conectada con la tecnología, pero totalmente desconectada de la realidad. Y he ahí el problema.

Obviamente no falta quien píense o se refiera al “libre albedrío”, y podrían tener razón, pero una cosa es decir que el hombre tiene una libertad que le pertenece por naturaleza en un nivel moral, y otra es afirmar que el hombre es libre en el plano político. Pero el hombre jamás será libre a nivel político mientras se deje influenciar, someter y acepte promesas falsas, pero de eso hablaré en próxima oportunidad.

* Luis Hernando Granada – Periodista, Caricaturista, Diseñador y Asesor Publicitario – Autor de la Novela “El Imperio del terror”.

visiontolima@hotmail.com

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